jueves, 23 de febrero de 2017

Crítica: Manchester frente al Mar (2017)

Hola de nuevo a todos,

Estamos en la época de premios lo que nos obliga, si es que fuera necesario a ir con más asiduidad al cine, en este caso os traemos la nominada Manchester Frente al Mar.


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Melancólica cinta de la que todo el mundo habla, sobre todo porque se augura que será el primer premio de la academia para Casey Affleck.




Su Sinópisis es la siguiente.



Lee Chandler, es un solitario encargado de mantenimiento de edificios de Boston que se ve obligado a regresar a su pequeño pueblo natal tras enterarse de que su hermano Joe ha fallecido. Allí se encuentra con su sobrino de 16 años, del que tendrá que hacerse cargo. De pronto, Lee se verá obligado a enfrentarse a un pasado trágico que le llevó a separarse de su esposa Randi y de la comunidad en la que nació y creció.



Aquellos que seguimos la carrera de premios sabemos que una película que está seis veces nominada, incluyendo mejor película y director debe ser por algo, ya sea por unos efectos o por un intento de transmitir algo al espectador.




El director Kenneth Lonergan siempre nos muestra personajes heridos, vidas duras o dañas por la pérdida. Aunque en este caso con Lee Chandler, ya nos lo muestra vacío, traumado y con una vida que parece más un zombie que una persona viva. Es trabajo de Casey Affleck, interpretar a este ser muerto en vida, capaz de tragar reproches de los inquilinos de los bloques en los que es conserje pero a la vez buscar el enfrentamiento, el dolor físico en un bar. Pero una llamada telefónica hace que tenga que reaccionar aún sin quererlo. La nominación de Affleck, y tengo la sensación de que su victoria, es algo más que comprensible y es que ha captado por completo el espíritu de Lonergan, haciendo de los momentos más duros, donde nos muestra lo que pesa la vida, un toque ácido, un humor negro que incluso lleva al espectador a generarle una sonrisa amarga.


Lonergan quiere demostrar la importancia de los pequeños detalles o gestos, haciendo de la fría,a la par que gris, visualización de la sociedad llena de contradicciones que no es capaz de reaccionar, todo ello reflejado sobre todo en el sobrino huérfano, encarnado por otro joven nominado Lucas Hedgs, perturbado por perder a su buen padre pero a la vez sin ser consciente de ello hasta que abre un congelador, y es que, en esos detalles es donde se nos refleja ese valor de los detalles.

Acompañan a tío y sobrino en esta andadura, más bien en los momentos de flashbacks, donde se nos recrean las causas por las que Lee ha llegado a estar vacío, Michelle Williams, también nominada, a mejor actriz de reparto. La Academia no premia en función de los minutos en pantalla, pero sin menospreciar el trabajo de Williams, el valor de su personaje no reside en la interpretación, sino en la situación en sufre la misma. Dichos flashbacks, donde se nos demuestra el gran drama familiar, siendo uno el más duro y el que hace que todo encaje puede pillar a contra pie y el toque de humor, o el súmmum de lo catastrófico tenga como reflejo unos golpes en una camilla.


Con una fotografía de Jody Lee Lipes en la que se intenta transmitir aún más esa frialdad del lugar y de los personajes, como si hubieran generado una armadura, hace que ni un bonito atardecer rosado y unos personajes mirando al mar pierda el toque cenizo. Unido a una banda sonora de Lesley Barber, en ocasiones demasiado ausente.

Aquellos que decidáis ir a verla, tened en cuenta que se pretende observar la contención de las emociones, y generar angustia y empatía del espectador a través de esa contención.

Ya estaréis acostumbrados pero a partir de aquí os comentaré algunas cosas con spoilers así que dejad de leer si no habéis visto la película hasta la claqueta cinegética.

Desde luego Affleck sabe poner cara de contención, pero parece que no va más alla de ello, solo cuando le pegan y aún así, está contenido.En cuanto a su sobrino decir que lo que necesita, de manera urgente, son dos tortas bien dadas para que se centre un poco en la realidad.
Entiendo que los Chadler reaccionan de manera un poco extraña ante los sucesos que ocurren a su alrededor, y que está en una edad complicada, pero desde luego el Oscar a Casey deberá ser por la paciencia mostrada.
El toque de humor negro de las escenas más trágicas y crueles de todo lo acontecido en el pasado, son un buen ejercicio para recordar que incluso en esos momentos las cosas pueden tener ese toque, que consigue, aunque sea cruel, sonreir. Además de la utilización de la irónia como armadura frente a los acontecimientos.
Ese ruido de botellas de una madre sobrepasada, que cree que su problema de alcoholismo lo ha superado gracias a un marido compasivo y la religión, pero tal y como nos demuestra el director en toda la cinta, nada de lo acontecido con anterioridad está superado y ese instante es un buen reflejo de ello.

Al menos en la parte final de la película, simplemente con 3 portafotos, nuestro sobrino egoista es consciente del sufrir de su tio Lee. Porque tal y como nos quiere reflejar en todo momento Lonergan, los recuerdos siempre estan arraigados a un lugar, una sensación y por ello Lee no puede volver al pueblo que le vió crecer, a el, a sus hijos y a su mala suerte, por eso prefiere seguir siendo un solitario muerto en vida, es su única manera de sobrevivir, con esa culpa.


La claqueta cinegética le otorga un 7/10.

Como ya es nuestra marca personal os dejamos con el sobrio tráiler.





¡Sigamos disfrutando de la magia del cine!

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