Hoy no vengo a hablaros de una película, sino un documental, del que seguro que muchos de vosotros habréis oído hablar, pero la mayoría no se habrá parado a echarle un ojo. Igual ni siquiera a informarse de qué va. No hagáis esto último. A continuación os hablaré un poco, sin desvelar demasiado, tenedlo por seguro.
Bien, el documental se abre con un hombre al que se le conoce por "Sugar Man" explicándonos un hecho que hará que nuestro apetito por más vaya en aumento. Un cantante conocido como Rodríguez, de finales de los 60, fue descubierto en un bar por dos productores en Detroit, algunos dicen que de lo mejor que se ha escuchado, comparaciones con Bob Dylan incluidas. Grabaron dos discos creyendo que sería toda una revelación.
Pero el éxito no llegó ni por asomo, no llegó en Estados Unidos, pero sí en Sudáfrica, gracias a una copia que llegó allí procedente del país de origen. Rápidamente el país se llenó de copias ilegales del cantante. Nadie conocía nada de él, excepto su música, que tuvo un importante papel en la lucha contra el Apartheid. Dos fans sudafricanos quisieron saber más de él, y pronto llegó a sus oídos que el artista se había suicidado encima de un escenario. Prendido en fuego, decían unos, de un tiro en la cabeza, afirmaban otros. Bueno, pensaréis que os he contado todo el documental. No, esta es solo la manera en la que se nos presenta la historia, que llega mucho más allá.
Dirigido por Malik Bendjelloul, director de documentales sueco, el cual saltó al panel de noticias en 2014 cuando nos enteramos de su prematura muerte, un año después de haber ganado el Oscar.
Como sabéis, es habitual que nos despidamos con un tráiler, pero en esta ocasión os dejo unas canciones del cantante, subtituladas al español, a mi parecer buenísimas. Juzgad vosotros mismos:
¡Hasta la siguiente, compañeros cinéfilos!
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